En estos días se desarrolla una intensa polémica en las redes sociales en torno al mundo del arte. La polémica se inicia con una de las obras ganadoras en el Premio Nacional de Pintura del Banco Central de la República Argentina. Lo que se debate es si el premio fue realmente merecido y qué significa que una obra así lo haya ganado. El disparador de este post fue un artículo de Guillermo Lamolle publicado en La Diaria, titulado «Los modernos urinarios y las políticas culturales» y el subsiguiente debate en Facebook, a partir de comentarios de Fernando López Lage.
Lo que me motiva a escribir es, sobre todo, las conclusiones a las que llega Lamolle acerca de las políticas culturales, porque ese es un asunto de importancia no sólo para el sector artístico, sino para toda la ciudadanía. Pero antes de eso, me gustaría comentar algunas de las opiniones del artículo sobre la obra en sí y sobre el rol del arte contemporáneo en la sociedad actual.
Sobre la obra en sí
La obra, que La Diaria no muestra ni linkea, y de la que Lamolle no menciona el nombre de la autora es «Sin título», de Agustina Quiles.
Esta obra es descrita por Lamolle como «…un trapo sucio colgado en la pared. O acaso un óleo sobre tela (o papel; no sé) con cierto grado de deterioro, sin marco…». Más allá de que no sólo Lamolle ha visto aquí un «trapo», vale aclarar que la obra es, técnicamente hablando, un óleo sobre papel de seda.
Quiles viene realizando desde hace tiempo obras similares lo que evidencia que al presentarse al concurso no estaba gastando una broma de mal gusto ni improvisando un desafío infantil al mundo del arte. Como otros tantos artistas, lo que presentó fue una pieza que forma parte de un proceso artístico que ya se venía desarrollando, y que seguramente continúa en desarrollo.
Si se investiga un poco más sobre ella en internet, se averigua rápidamente que fue parte del Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella, que obtuvo la beca FNA-CONTI del Fondo Nacional de las Artes, que fue seleccionada en el LXX Salón Nacional de Rosario y en la Bienal Regional de Arte de Bahía Blanca 2016. Con estas breves líneas sobre su carrera, empezamos a ver que el premio no parece algo tan caprichoso. No es un mero gesto de un jurado esnob, sino que hay cierta consistencia entre los fallos de distintos jurados, curadores y comités de selección que han valorado la obra de la artista. También se podría profundizar un poco en la trayectoria de los miembros del jurado del premio de pintura del Banco Central -Mercedes Casanegra, Rafael Cippolini, Tulio De Zagastizábal, Silvia Gurfein, Oscar Smoljan- y sobre su curadora Eva Grinstein. No lo voy a hacer para no alargar mucho este post, aunque seguramente nos encontremos con que no son gente tan improvisada y que también presentan cierta consistencia de discursos y propuestas.
Pero es interesante detenerse en el texto de Eva Grinstein. La curadora celebra que esta edición del premio representó «una sutil ampliación de los criterios de selección en sintonía con los giros de un campo cada vez más expandido: las obras finalistas abrazan el trabajo de la pintura tradicional -tan vital como siempre- pero suavemente se extienden también hacia otras zonas cercanas. El dibujo o el pigmento sobre papel, la técnica mixta basada en el collage e incluso la instalación de pequeñas piezas volumétricas sobre el plano enriquecen este año la tendencia a la diversidad que suele estar dada por el amplio rango de temas y estilos desplegados».
Al leer este fragmento del texto, a mí me da la impresión de que los premios del concurso buscan dar cuenta de la diversidad que puede abarcar la pintura contemporánea, invitando a que el público abra su sensibilidad a distintas posibilidades en las que la pintura se emparenta con el collage, el volumen, el dibujo, etc. Si tenemos esto en cuenta, ya podemos empezar a mirar esta obra sin título ni marco, de la joven artista Agustina Quiles, con otros ojos. No tanto para darle una oportunidad a ella y su obra, como para darnos a nosotros mismos la oportunidad de observar más profundamente y quizás salir beneficiados con una expansión de nuestra propia sensibilidad. Esto no se logra con introspección, mirando hacia adentro en busca de criterios propios, sino más bien mirando hacia afuera, hacia todas las propuestas artísticas que nos sea posible.
Sobre el rol del arte contemporáneo en la sociedad actual
En distintos sitios web, esta obra que se discute ahora, es comparada con el urinario de Duchamp.
Desde que Duchamp presentó su «Fuente» en 1917, la obra no ha dejado de tener una fuertísima influencia en el arte. La consecuencia de este famoso urinario ha sido la de darle una enorme prioridad a los conceptos en el arte. Lo que no quiere decir que todo el arte se volvió conceptual, o que solamente se pueden hacer cosas conceptuales si se quiere llamar la atención, ganar premios o vender. Lo que pasó es que se abrió como nunca antes la posibilidad de trabajar con conceptos puros, o usar los conceptos como punto de partida o como materia prima, sin que necesariamente haya que adscribirse al «arte conceptual».
Pero más allá de lo conceptual, el legado de la acción de las vanguardias del siglo XX no fue la creación de una chacra para entendidos, sino la configuración del lugar del arte como un espacio de experimentación permanente. Por lo demás, esta tampoco fue una actitud privativa de los vanguardistas ni de los artistas conceptuales. Pintores como William Turner (1775–1851), precursor de los impresionistas (y en su momento enormemente rechazado a medida que su pintura se adentraba en ciertas búsquedas), propusieron nuevas formas de explorar la textura y el color que no habían sido consideradas hasta el momento en el arte.
Sin embargo, a causa de la forma en que se divulga y comenta el arte desde los medios masivos, muchas personas ven en los procedimientos de experimentación artística una especie de juego esnob consistente en despreciar todo lo anterior y constituirse en fundador de algo nuevo, algo «de vanguardia». En mi opinión, la experimentación permanente en el arte es -omitiendo las enormes diferencias- algo más parecido a lo que se hace en las ciencias: se trata de crear hipótesis, trabajar sobre ellas, probarlas, investigar, debatir, generar conocimiento. Quien experimenta en arte, por lo general lo hace en una búsqueda que abre caminos expresivos y vías de apreciación no sólo para sí, sino potencialmente, para toda la comunidad.
En obras como las de Quiles, consideradas superficialmente y fuera de contexto, pareciera que el arte corta el diálogo con la vida cotidiana y con cualquier otro tipo de expresión cultural inteligible. Los comentaristas culturales rápidamente culpan de esto a los jurados, curadores, productores de ferias y bienales. Es posible que en algunos casos algo de todo esto sea cierto, sobre todo porque como todos sabemos, el mundo del arte está profundamente colonizado por el mercado y las finanzas. Sin embargo, el arte y los artistas no son unos esclavos del mercado. El arte contemporáneo sigue siendo primordialmente un espacio para cuestionar la realidad y provocar el pensamiento crítico, entre otras cosas. Muchos artistas se esfuerzan de manera continua para esto, independientemente del reconocimiento y el éxito comercial, lo que a veces implica costos personales y profesionales.
Quien piense que el mundo del arte solamente está subordinado al mercado, o por el contrario, que es una esfera de actividad absolutamente autónoma para gente hiperespecializada, humildemente, creo que se equivoca. El arte contemporáneo también desarrolla dispositivos pedagógicos y comunicacionales orientados a abrir y dar a conocer los procesos de los artistas a la sociedad. Justamente los procesos, porque cada vez más, se trata de procesos en desarrollo y no de productos totalmente terminados. Se trata de experimentación, y la experimentación es un proceso. Como espectadores, no es fácil considerar procesos en lugar de obras. A veces, ante una pieza nos sentimos como obligados a elaborar «interpretaciones», o a tratar de decodificar «qué quiere decir». Esto puede llegar a ser estresante, pero lo mejor que podemos hacer es tranquilizarnos, porque nadie nos está tomando examen. Así como el arte puede ser un campo infinito para la experimentación, también lo es para la apreciación y nos ofrece amplias libertades para explorar sus sentidos.
Arte contemporáneo, educación visual y políticas culturales
La experimentación que realizan los artistas visuales como Agustina Quiles, en ocasiones con el apoyo de becas, residencias y premios que salen de fondos públicos, no está destinada a beneficiar a un pequeño grupo de iluminados. Aunque no nos demos cuenta directamente, esta experimentación que tiene raíz en procesos de investigación de vanguardia, más tarde tiene repercusiones en todo el sistema de la cultura, tanto en la cultura de masas como en la cultura popular. Los experimentos del arte contemporáneo pueden ser más tarde adoptados y re-adaptados como procedimientos en amplios campos: en el cine, la vestimenta, el diseño, y hasta en la política y los movimientos sociales.
Podríamos sostener, como hipótesis, que la obra de Quiles nos permite reflexionar sobre la forma, el color y la textura como conceptos y no como meras características de una obra. ¿No es interesante como materia de pensamiento y debate? ¿No tienen ninguna importancia ni utilidad estos aspectos en otros campos? ¿Qué tal, por ejemplo, en las artes escénicas? ¡Incluso en espectáculos de murga! ¿Qué pasa, por ejemplo, cuando una murga, en lugar de usar colores brillantes y texturas sedosas en su vestuario, incorpora harapos, colores pálidos, texturas rústicas? ¿No está queriendo decir algo el director de la murga a nivel conceptual, no está incorporando una variante en su poética, con el fin de impactar de otra forma en el espectador?
Si continuamos con este tipo de preguntas, llegaríamos a la conclusión de que criterios seguros y conocidos, como lo «lindo» o lo «feo», ya no son categorías útiles para entender el arte. Como espectadores, tenemos que asumir la tarea consciente de apreciar esa «belleza fea» que no se deja juzgar de manera convencional, como enseña Waldemar Januszczak en esta interesantísima miniserie de la BBC.
Todo esto no implica un relativismo posmo radical, sino apenas permitirnos una discusión mucho más amplia acerca del arte, de su calidad, sus valores estéticos y la potencia de sus conceptos. Para acceder a ese nivel de discusión no hay que ser un gran erudito, ni miembro de una élite hipercrítica. Hay que abrirse a esas herramientas de expresión y apreciación que crean los artistas, hay que apropiarse de ellas y usarlas. Un poco de conocimiento ayuda a lograr eso, porque no es suficiente la apreciación espontánea, el «sentimiento», la pura sensación. Tenemos que saber que no miramos nunca una obra despojados de todo otro criterio que no sean nuestros propios sentidos. Hemos sido educados para ver desde ciertas convenciones no percibidas conscientemente, y a menudo, hay que des-aprender muchas cosas de nuestra educación visual convencional, para abrirnos a otras posibilidades.
En ese sentido, a mí, que no soy una experta en arte ni pretendo serlo, me vinieron muy bien algunas cosas: asistir a un taller de arte en el que se enseñaban técnicas, pero sobre todo se priorizaba la búsqueda, la experimentación y la libre discusión; acceder a algunos materiales de cultura general sobre arte, como la «La Historia del Arte» de Gombrich; navegar en internet mirando y leyendo sobre arte usando herramientas tan populares como Pinterest y la Wikipedia. Y cada vez que puedo, ir a alguna exposición o revisitar los museos públicos.
Me faltó, y creo que esta carencia es general, formación visual a nivel de la educación básica. Lamento las horas perdidas intentado trazar perspectivas correctas en la clase de Dibujo, o tratando de entender de manera aislada el círculo cromático, en paralelo con una falta total de acercamiento a obras visuales concretas y al pensamiento de las artes. Carencias educativas similares deben ser generalizadas en la mayor parte de los lectores de La Diaria, aun tratándose de un público de gente universitaria de clase media. Es comprensible, entonces, la preocupación de López Lage por lo que se publica en esas páginas, y su pedido de responsabilidad a Lamolle. Porque el artículo que escribió Lamolle tiene la potencialidad de llegar mucho más lejos que la pobre formación visual con la que contamos la gran mayoría de los uruguayos. Cuando la formación visual es algo completamente ajeno a la educación básica, solamente accederán a ella quienes tienen algún estímulo personal y oportunidades para desarrollarlo.
En definitiva, a nivel de las políticas culturales no creo que estén fallando necesariamente los concursos, premios y estímulos artísticos al seleccionar obras poco convencionales. Las obras de arte surgen de la investigación, la experimentación y de procesos de largo aliento que es necesario apoyar. Más aún en el caso de aquellos procesos que desafían un poco las fronteras del sentido común, porque a la larga nos van a permitir avanzar. Pero estos procesos no sólo deben generar productos expositivos finales, sino también conocimientos, material para la educación y para el debate. Es por eso que se debe seguir apoyando el arte de vanguardia que produzca esos insumos para la sociedad, exigiéndole a su vez una mayor apertura y la divulgación de conocimientos.
También es necesario que las políticas de formación artística no sean únicamente las que están orientadas al sector específico de los artistas y creadores. En la educación básica también se puede hacer política cultural; y esta no debería consistir en la simple transmisión de un canon artístico, sino en facilitar herramientas de formación visual concretas que nos permitan concebir que incluso los «trapos» pueden abrir un contexto para el diálogo.
06/01/2017 at 22:05
Me gustó mucho el análisis que realizaste sobre la polémica que se generó con respecto al trabajo de Agustina Quiles. Hiciste algo que muchos críticos culturales no hicieron, indagar sobre el artista, su obra, el sentido del premio. Una entrada que genera debate, que te deja pensando sobre el sentido del arte contemporáneo con conceptos muy claros como el sentido del proceso en las obras experimentales.
A veces creo que también la opinión algo pre juiciosa sobre el arte contemporáneo es producto de una falta de comunicación, educación y también diría de divulgación, porque a veces los textos críticos suelen ser poco amigables, con términos para el entorno y no para el público en general. Es necesario abrir la puerta y también animarse a entrar por supuesto.
La comparación entre el método de la ciencia y el artista me pareció excelente, porque demuestra que detrás e las obras hay búsquedas, estudio, trabajo, experimentación y un producto final
Un abrazo
06/01/2017 at 22:22
¡Gracias por tu comentario Ariel! No por nada, a ambos nos interesa la difusión del conocimiento, la gestión cultural, la socialización de la cultura. Desde ahí es que se entiende lo que quise proponer en el post. Un abrazo.
07/01/2017 at 20:17
100% de acuerdo con Lamolle. Por otro lado no creo que las credenciales del artista ni de los miembros del jurado puedan ni deban influir en la obra. La miré antes y después de leer el artículo y me sigue pareciendo un trapo sucio y viejo colgado de una pared. Ahora, si queremos llenar la obra de romanticismos y miradas filosóficas y demás, supongo que muchos ilustrados podrán llegar a ver el dolor de la guerra en Siria o lo maravilloso del cosmos. Lamolle y yo, no desmentimos a nuestros ojos. Va con ánimos de aportar.
08/01/2017 at 03:37
Hola Rodrigo. Encuentro que de alguna forma considerás que hay una forma puramente objetiva, y por tanto adecuada, de mirar el arte. Que es el ojo, como un órgano que no puede equivocarse, el que hace que no podamos dudar ni por un segundo sobre lo que estamos viendo. Creo que justamente el arte nos provoca a dudar de la mirada, a usar también la imaginación, las lecturas filosóficas que se pueden hacer, algo que a vos te parece fuera de lugar en la apreciación del arte. Si eso es lo que estás diciendo, mil disculpas, pero no puedo estar más en desacuerdo. Gracias igual por tu aporte. Saludos!
08/01/2017 at 02:18
Quizás pueda aportar algo: ¿Podría existir un arte sin alguna de estas tres instancias (artistas, obras de arte, público)? Definitivamente sí, aunque nos cueste pensar en un arte sin alguna de las instancias como el público, el artista o la obra en sí, la realidad es que el arte existe, no independientemente de ellos, sino aún ellos.
Si tomamos algunos referentes como Avelina Lesper quien “denuncia la especulación y la burbuja económica, como lo fue la inmobiliaria, de obras que carecen de valores estéticos, el arte contemporáneo es un fraude” (Revista Ñ – 06-02-2014), y rápidamente nos ponemos “de su lado”.
Entonces “podría decirse que una obra de arte comienza a existir en el momento en que accede al circuito artístico a través de su exhibición pública, ya sea en un espacio concreto (como una galería) o a través de los medios de prensa y difusión. Las obras más importantes del arte contemporáneo son también las más exhibidas y reproducidas en la prensa y los catálogos”
Y personalmente además puedo concluir que tanto detractores como defensores, coinciden al menos en que hay una cuestión de FE frente a las obras de arte contemporáneo. Leo Steinberg nos ilustra diciendo “hagan más bien de la recolección diaria (la observación y producción artística) un acto de fe”; o como expone la misma Avelina Lesper “no hay nada que entender, es un arte que te exige asimilarlo y no discutirlo, por eso también es dogmático. Te exige fe, que creas en él, no que lo comprendas, como las religiones”
08/01/2017 at 03:44
Hola Alejandra. Claramente los subastadores, especuladores y el periodismo cultural que los secunda, muchas veces buscan imponer modas y manipular tendencias para hacer dinero. Estuve a punto de incluir en el post la referencia los documentales críticos de Robert Hughes al respecto. Son excelentes! Aprovecho este comentario para recomendarlos: https://lalulula.tv/category/de-autor/robert-hughes
Sin embargo, me parece muy exagerado meter todo lo que hacen los artistas contemporáneos en la misma bolsa, descartarlo todo como algo corrupto y lleno de intereses. Yo creo que la enorme mayoría de los artistas actuales trabaja sinceramente, haciendo de la experimentación un trabajo serio. Creo que Agustina Quiles lo hace. A lo que invita mi post es que dejemos de lado la indignación ciega, que nos animemos a ver ahí más que un trapo, y aunque la obra nos guste más o menos, aunque la encontremos lograda o fallida, nos demos permiso para dialogar con ella. Saludos!
08/01/2017 at 11:06
leí… ví que hay obras similares de Agustina Quiles que si tienen título, sus títulos son:
1.573 minutos. Óleo pastel sobre papel de seda. 290 x 200 cm.
2.720 minutos. Óleo pastel sobre papel. 200 x 140 cm. 2016
1.360 minutos. Óleo pastel sobre papel. 200 x 140 cm. 2015
Sin título. Óleo pastel sobre papel de seda. 200 x 3,50 cm. 2015
me recordó a obras de Mark Rothko (no recordaba el nombre y lo busqué en google, y me encontré con varios que pintaron grandes superficies (leí este artículo http://educacion.ufm.edu/ad-reinhardt-pintura-abstracta-no-5-oleo-sobre-tela-1963/) generando veladuras sobre la «nada» del soporte, generando así espacio sobre el plano, ambiente, atmósfera, creo que con la misma perseverancia de quién medita (por ejemplo 2.720 minutos) en silencio y se le abre en sí mismo un hiperespacio habitable por la conciencia.
también creo que tiene algo del rescate de las vivencias de nuestra infancia con crayolas, frente a una hoja que se nos presentaba inmensa ante nuestra pequeñez, la de nuestros bracitos, manitas, deditos… volviendo a esos minutos de sorpresa ante algo que deja rastro de nuestro movimiento…
quizás desde una conciencia expandida, que a su vez expande el plano hacia la dirección del ojo y de quién observa por ese ojo que mira esa obra plana, el entramado de líneas irregulares se hace volumen, como una enramada en un bosque virgen, en donde habitan duendes seguramente… con toda su poesìa… creativa… y me animo a soñar que hasta lo virgen, es creado, y habitable, y vehículo.
10/01/2017 at 17:15
Creo que de este comentario demuestra la validez de la obra. Se podrá estar de acuerdo o no con esta apreciación de la obra (que no es «interpretación», porque no estás tratando de dar con su verdadero «significado»), pero justamente la idea es que esté habilitada esa posible apreciación.
¡Gracias por aportar lo de los títulos! También leí en Facebook (perdón, pero no encuentro el link), que alguien comentaba que las roturas no están hechas por la artista, sino que se producen con el paso del tiempo. A mi eso me parece inquietante y creo que multiplica los modos de ver la obra. Porque no es solamente una obra efímera, que también las hay, sino una obra que no se sabe cuánto va a durar. ¿Y cuánto dura, en verdad, una obra, en sus condiciones originales? ¿Y qué obras vale la pena, realmente, conservar? Bueno, en la medida en que nos abrimos a estas cuestiones, que tampoco son algo reeee intelectual ni nada por el estilo, nos acercarnos a la obra y nos permitimos tal vez disfrutarla.
08/01/2017 at 11:14
Noble intento de defender la obra pero fallido . La experimentación es fundamental en el arte pero la falta de originalidad la falta de ideas y el extremo aburrimiento y desinterés que produceN demuestran su fracaso .
10/01/2017 at 17:07
En realidad el post no pretende defender la obra, sino dar algo de información y contexto, que faltó en la discusión.
09/01/2017 at 20:16
MARIANA FOSSATTI ESCRIBIS MUY LINDO UN JUEGUITO DIALECTICO, QUE ACOSTUMBRAN A EXPLICAR LO INEXPLICABLE, EL ARTE ES LA OBRA Y LA OBRA ESTA ALLI, DICE EL LLAMADO CONCURSO DE PINTURA, Y PINTURA ES COLOR, ESTE MONOCROMO, NO ALCANZA A SER PINTURA, NO HAY JUEGO VISUAL , NO HAY CONSTRUCCION , NO HAY PASAJE , NO HAY CONTRASTE, NO SE VE LA TECNICA, PARA QUE ESTAN LAS ACADEMIAS DE BELLAS ARTES, SINO PARA ESTUDIAR ELLAS Y GANARLE AL TECNISISMO, PRIMERO HAY QUE SER ESCLAVO , CUANDO SE SABE RECIEN SE SE GANA LA LIBERTAD!!!,DONDE ESTA EL SUBJETIVO ENCANTAMIENTO, A QUIEN PUEDE MOVILIZAR ESTO QUE NO DICE NI TRASMITE NADA,PASA PARA MI DE SER GUSTO A SER DISGUSTO!!!!!! ES VERDAD ES ABURRIMIENTO, INACCION INMOVILIDAD, PERDON ESTA QUILES NO SABE HACER NI SABE DECIR!!!!!!
10/01/2017 at 17:06
Aldo, no hay tanta información sobre esta artista en internet, pero por lo que se puede ver, ella venía trabajando desde hacía bastante en esta línea, a la que llega después de trabajar como vos decís, con más matices y contrastes. Capaz que su proceso de trabajo actual llevó esos matices a un nivel mínimo y hay que ver la obra en directo para disfrutarlos más.
09/01/2017 at 21:36
Muy buena la nota. En Argentina están intentando sacar las materias artísticas de los colegios porque «no sirven para nada», el resultado es que la gente se enoja sin saber por qué.
10/01/2017 at 17:02
¡Exacto! Creo que la gente se indigna porque la educación formal lo que transmite es un limitado canon con mucho énfasis en lo «nacional». En artes visuales, música y literatura. Entonces, cuando se premia una obra a nivel nacional y esa obra no parece posible integrarla al panteón artístico nacional, nos indignamos. Se necesita más educación artística, pero una que se anime a deconstruir un poco el canon que conforma la identidad nacional y que desarme la historia del arte como una cronología de grandes maestros.
09/01/2017 at 22:42
A mí no sólo esta obra no me parece una obra, tampoco llamaría obras muchas de las que fueron premiadas/seleccionadas…Te aconsejo este libro, por si no lo has ya leído, me pareció interesante: Marc Jimenez- La Querella Del Arte Contemporaneo
10/01/2017 at 16:59
¡Gracias por la recomendación! De todas maneras, creo que es justo analizar las cosas por separado. Por un lado, el funcionamiento del campo del arte contemporáneo, hacer las críticas y propuestas pertinentes con vistas a una mayor democratización, que a mi entender pasa por más dispositivos de comunicación y divulgación. Y por otro lado, las obras de arte y los procesos de los artistas. Como decía Gombrich: «No hay Arte. Tan sólo hay artistas».
10/01/2017 at 20:39
Muy bueno! Lei agravios tan violentos que tus palabras son un balsamo. Hay esperanza para la argumentacion, no todo esta perdido! Saludos!!
10/01/2017 at 20:59
Gracias!
11/01/2017 at 01:01
Tanto Marcel Duchamp como Joseph Beoyce pusieron título a su obra conceptual, es lo q me falta…
11/01/2017 at 14:41
Que haya ganado otros premios obecas no quiere decir nada… o dice mucho.. para gabar algo tenes que haber ganado algo antes.. asi se forma el curriculum de un artista, independientemente de la calidad o el aporte o el valor de la obra..
11/01/2017 at 15:38
En el post puse algunos mojones en la carrera de Quiles que encontré haciendo una búsqueda web simple. La intención no es dar a entender que se le da un premio porque tiene currículum, o que el currículum debe importar más que la obra, o que sólo hay que premiar gente con currículum. Para nada pienso eso. Lo que quise mostrar era simplemente que este último premio no es un capricho o un gesto particular de unos jurados, sino que otras personas que estuvieron en otros jurados tuvieron un criterio similar.
Pero admito que también me pareció importante reivindicar un poco la carrera de esta artista, porque los ataques sumamente agresivos que recibió, tendían a invisibilizar cualquier mérito propio de ella con independencia de la decisión de ese jurado. Incluso la nota de Lamolle, salió sin siquiera el nombre de la artista. Creo que hasta tiene alguna conexión con el hecho de ser una mujer joven.
También me pareció importante que los lectores tuvieran a mano la información (que como dije, es apenas producto de una búsqueda web) para elaborar opiniones propias y no solamente intentar imponer la mía.
12/01/2017 at 17:12
Hacer referencia a que es joven y mujer no suma, o si, las criticas a las que no tienen acostumbrados la sociedad patriarcal, diciendo que usamos eso para victimizarnos; yo en las criticas que vi se hablo en contra de la obra, o de la no obra.. es mas, como bien decis ni sa ian el nombre del autor, menos que era mujer. Creo que el punto esta en cuestionar los premios.. ¿que se premia? ¿Objetos, experiencias, trayectorias? ¿Con que recursos, privados o publicos? ¿Y con que fin? ¿Es la forma de legitimar las producciones del juego en el campo del arte, diria Bourdieu.?
12/01/2017 at 20:44
No digo que haya que tener en cuenta que es una mujer joven para valorar la obra. Sugiero nada más que cuando un columnista ni siquiera nombra a la artista, da qué pensar. Una de las estrategias del patriarcado es la invisibilización de las mujeres. Hablar de ese tipo de prácticas, denunciarlas incluso, no es victimizar, es enfrentar esa lógica, es luchar.
Me parece muy bien que se den a conocer más los criterios de los premios, pero también hay que tomar en cuenta que en arte no es igual que en atletismo, no hay factores 100% objetivos. En mi opinión, los recursos como premios, becas, residencias, etc. tienen que ser plurales y apoyar las búsquedas artísticas más variadas. El fin sería ampliar las fronteras de la experiencia estética y socializar sus beneficios lo más posible. Por eso creo que toda la cultura financiada con fondos públicos tiene que tener una contrapartida para la comunidad. Los conocimientos generados deben divulgarse, los procesos deben ponerse en palabras y darse a conocer, las obras deben ser accesibles y aparte de todo esto, el Estado tiene que invertir en educación y en comunicación.
13/01/2017 at 13:52
En todo de acuerdo!
13/01/2017 at 03:16
ANIBALE
Realmente para mi es solo un papel o un trapo con huecos y no lo se si sucio veo que le falta mas talento a la artista y los del jurado es totalmente inadmisible catalogar como primer premio este tipo de obra que no muestra talento,innovacion,tecnicas de pintura recordemos que una buena obra de arte debe de estar acompañada con un buen marco porque si realmente el contenido central de la obra es mala el marco de cuadro quizas te salve veo entonces que no estoy equivocado en el nuevo concepto de arte con el que me estoy manejando buena la narracion descripta en tu critica estimada mariana fossati
13/01/2017 at 14:31
Estimado, a lo mejor si te hacés un recorrido en internet por las obras de arte povera de Tapies o las obras de Beyus, puedas encontrar alguna clave, alguna cuestión en común, que te lleve a volver a mirar esta obra con otros ojos. Saludos!
13/01/2017 at 16:03
Se sigue alejando el arte del público en general con tanta conceptualización y marco teórico.
Me parece bien que se analice a fondo la validez de una obra de arte, pero cuando ya se necesitan tantas explicaciones para justificarla y tanto capital cultural ara entenderla, se vuelve parte del patrimonio de una élite que se enaltece por sobre el resto de los mortales.
El debate académico debería quedar para las ciencias y el arte tiene que ser sentido, no explicado.
13/01/2017 at 20:52
Hola, Eva
La idea de este post no fue hacer una explicación teórica de la obra, sino brindar algo de contexto sobre la polémica suscitada y sobre todo, compartir algunas ideas sobre arte y políticas culturales.
Creo que los análisis críticos de las obras contribuyen con argumentos y conocimientos que pueden ser de utilidad para mucha gente. Interesantísimos libros de crítica no sólo de arte, sino también de cine y literatura, son consultados permanentemente por personas a las que les interesa expandir sus ideas sobre las obras culturales que despiertan su asombro y curiosidad. Sin embargo, no creo que haga falta leer todos esos libros para enfrentarse a una obra y apreciarla. Lo que sí creo que nos hace falta a todos, es educación visual, es decir, guías para habituarnos a expandir la sensibilidad más allá de lo que parece que nos dice objetivamente el ojo. La hipótesis de este post es que no nos enfrentamos con las obras desprovistos de preconceptos. ¡Todo lo contrario! Ahí donde creemos que no hay nada entre el ojo y la obra, es donde se concentran todos los hábitos, prejuicios y convenciones sociales.
Los libros de divulgación, los materiales que hay en internet, las buenas visitas guiadas de los museos, ayudan a incorporar nueva información y a evaluar críticamente los preconceptos que traemos. Además, el arte contemporáneo no exige un nivel filosófico altísimo. La mayoría de los artistas son gente que habla de su propia obra de manera bastante sencilla, y leer o escuchar sus testimonios también suele ser muy beneficioso para el público.
03/02/2017 at 14:56
Considerando que las aceptaciones , menciones y premios de un concurso de artes visuales, se otorgan sobre la obra presentada y no sobre la historia o trayectoria de su autor. Por lo tanto, sobra tanta palabra. Siempre he sido un tipo abierto a todo tipo de manifestaciones artísticas. No obstante, frente a este trabajo, debo decir que el premio es inadmisible.
05/03/2017 at 12:03
Rescato de este valioso artículo la pobreza con que se dicta lenguaje visual en las escuelas y en niveles terciarios y universitarios. Gracias Mariana por tan valiosos aportes para ampliar la mirada. Saludos desde Tandil.