Desde que empecé con el collage, hace más de diez años, subo mis trabajos a Internet y siento que es un espacio expositivo tan válido como cualquier otro. En estos meses de principios de 2020, con el cierre de cualquier espacio donde la gente se pueda reunir en torno al arte, Internet se convirtió casi que en el único lugar para eso. Sin embargo, últimamente me he sentido muy acotada por los formatos predefinidos de las redes sociales, sus filtros visuales y sus tamaños de imagen por defecto. Si bien la gente es muy creativa usando y reinventando las interfaces digitales para sus propias ideas, es muy fuerte el mandato de adaptarse.

No quiero hacer collage especialmente para las historias o el feed de Instagram. No quiero «curar» una timeline homogénea y agradable para atraer likes. No quiero crear para su algoritmo ni verme limitada a un menú de opciones y filtros que realzan la imagen y atrapan la mirada.

A pesar de las plataformas y redes, los sitios web siguen siendo usados por artistas, galerías, museos y colectivos. Muchos se han creado y han desaparecido en los más de 25 años de existencia de la Web (y gracias a Internet Archive algunos se han preservado).

Así las cosas, me empecé a preguntar cómo podía usar este sitio web para hacer una exposición online por mí misma, es decir, autogestionada. No es que no vaya a compartir mis trabajos en Instagram, pero me quise resistir un poco a la comodidad del feed y usar la herramienta con la que desde hace años manejo este blog: WordPress. Con la nueva edición de bloques descubrí que tenía muy interesantes opciones para crear un espacio expositivo.

El resultado pueden verlo visitando la exposición, que se inaugura hoy, celebrando el Día Internacional del Collage. ¡Pasen!