En estos días estoy trabajando en la moderación y coordinación del Foro Electrónico Internacional «La Extensión Rural en el Cono Sur: desafíos frente a la Sociedad del Conocimiento». Esta tarea la realizo como parte del staff técnico de la Oficina del IICA en Uruguay, donde trabajo como especialista en desarrollo rural. En esta área estamos intentando desde hace tiempo introducir el uso de TICs, y esta es una ocasión para ello.

Como me toca hacer de moderadora, creo que es una buena oportunidad para reflexionar desde la práctica sobre la animación de eventos virtuales como éste.

¿Qué es un foro electrónico? Me llamó la atención la cantidad de preguntas que recibí acerca del funcionamiento del foro y me di cuenta de que muchísima gente no sabe lo qué es. Es importante explicar bien su funcionamiento y ser consciente de que para muchos será su primera experiencia de participación virtual.

Un foro electrónico es una actividad on-line, para la cual se necesita acceder a Internet, ya que funciona en un sitio web. Es una actividad asincrónica, es decir, que se puede participar desde cualquier lugar (casa, oficina, cybercafé, etc.) y en cualquier momento, durante el transcurso de su duración. Los participantes entran a un sitio web donde podrán escribir mensajes y leer los mensajes de otros participantes. Estos mensajes van quedando publicados en orden cronológico. Es como el hilo de una conversación en la cual todos aportan.

El objetivo de este tipo de actividad suele ser el de recoger un amplio espectro opiniones sobre un tema específico en torno al cual se discute y se intercambian opiniones. No se espera que el resultado sea representativo o tenga valor de propuesta, sino que, generalmente, se obtiene una idea general del «estado del arte» actual sobre el tema. Suelen ser de participación masiva, ya que por su modalidad asincrónica y su funcionamiento en línea, admite una cantidad muy grande de participantes. Hay que tener presente que no todos participarán y que muy pocos lo harán activamente. La mayoría tendrá una actitud más pasiva, pero estarán «ojeando» continuamente el foro, que para muchos es una oportunidad de «ponerse al día» con un tema y acceder a nuevos documentos y publicaciones.

Para motivar la participación es imprescindible la presencia de un moderador que se encargue de la tarea de animación del foro: invitar a participar, sugerir preguntas, sintetizar visiones, encontrar puntos en común o identificar las distintas corrientes de opinión.

No siempre es necesario que el moderador sea un especialista en el tema, aunque sí es importante que tenga conocimientos al respecto, es decir, capacidad de dialogar y generar diálogo, aunque el tema no sea su especialidad. Lo que tiene que lograr es hacer hablar entre sí a los especialistas. De todos modos, ésta no es una regla general. Puede formarse, por ejemplo, un equipo de moderación con un animador de la comunidad y un experto en el tema.

Es importantísimo no esperar a que los participantes «lleguen» al foro, sino que el foro vaya hacia ellos, enviando e-mails con novedades y resúmenes, sin saturar las casillas de los participantes ni generar sensación de agobio. Facilitar «re-engancharse» en la discusión proporcionando síntesis y dando la idea de que no nos vamos a perder, de que en cualquier momento se puede aportar algo.

Por otro lado, es reconfortante comprobar que mucha gente que se conocía presencialmente, por trabajar en la misma área, tiene una oportunidad de reencontrarse en un mismo espacio, incluso a la distancia, desde países e instituciones distintas.

Muchas de estas reflexiones las hemos ido generando en conjunto con Daniel Espíndola y Ariel Londinsky, compañeros del IICA que tienen una larga trayectoria como coordinadores de eventos virtuales en distintas instituciones.